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26.02.2020
CODALARIO
Xavier Borja Bucar

La Clemenza di Tito

Gran Teatre del Liceu
"El otro personaje travestido de la obra, Annio, fue encarnado por Lidia Vinyes-Curtis, quien junto a D’Oustrac completó la actuación más sólida de la función, con una voz de timbre claro, pero de perfecta proyección, y con un canto de absoluta solidez técnica con homegenidad en todos los registros, facilidad en la coloratura y una dicción diáfana."
21.02.2020
OPERA ACTUAL
Fernando Sans Rivière

La Clemenza di Tito

Gran Teatre del Liceu
"Muy interesante y entregado el Annio de la mezzosoprano barcelonesa Lidia Vinyes-Curtis"
9.11.2018
FORUM OPERA
Jean-Marcel Humbert

Rodelinda

with
Emmanuelle Haïm
at Theâtre de Caen.
"Enfin, Lidia Vinyes Curtis,..., tire son épingle du jeu grâce à une voix sonore et bien posée, égale sur toute la tessiture, et à une caractérisation affirmée de la torturée Eduige."
15.12.2019
LA OPINIÓN DE MÁLAGA
Alejandro Fernandez

Christmas
oratorio

by J.S.Bach at the
Auditorio Edgar Neville
in Málaga.
“…Y finalmente la extraordinaria intervención de la barcelonesa Lidia Vinyes Curtis en un ejercicio de gusto, sensibilidad en las inflexiones textuales y un fraseo que le permitió extraer notas altas cristalinas y excepcional en el plano medio protagonizando en el aria ‘Schließe, mein Herze’ uno de los momentos más destacado de todo el concierto…”
20.11.2016
OPERA WORLD
José Antonio Lacárcel

Iphigenia
en Tracia

Teatro de la Zarzuela,
Madrid.
“…espléndida, grata y simpática actuación de Lidia Vinyes-Curtis que bordó su personaje de Cofieta.
17.11.2016
BECKMESSER
Arturo Reverter

Iphigenia
en Tracia

Teatro de la Zarzuela,
Madrid.
“… brilló en mayor medida Lidia Vinyes-Curtis, de satinada y fresca emisión y un colorido muy agradable de mezzo muy ligera. Cantó con soltura su aria costumbrista “Descolorida, desmadejada… ”.
17.11.2016
EL PAÍS
Pablo L. Rodríguez

Iphigenia
en Tracia


Gran Teatre del Liceu
Barcelona
“…lo mejor musical y teatralmente fue la Cofieta de Lidia Vinyes-Curtis en el aria “Descolorida, desmadejada…”
10.10.2016
EL COMERCIO

Faust

Teatro Campaamor
Oviedo
“…Entre las voces con proyección futura, la delicadísima mezzo Lidia Vinyes-Curtis en el rol de Siebel. Bellísima voz especialmente en el cuarto acto…”
07.02.2016
EL PERÍODICO
César López Rosell

Otello

By G. Rossini
Gran Teatre del Liceu
Barcelona
«…Lidia Vinyes Curtis confirmó su positiva evolución en el rol de Emilia tras su buena actuación en ‘Benvenuto Cellini’… «
04.02.2016
NÚVOL
Jaume Radigales

Otello

By G. Rossini
Gran Teatre del Liceu
Barcelona
«…extraordinària Emilia de Lidia Vinyes-Curtis…»
09.02.2016
CODALARIO
Roberto Benito

Otello

By G. Rossini
Gran Teatre del Liceu
Barcelona
«…Pero antes de pasar a los hombres una mención especial a la Emilia de Lidia Vinyes-Curtis, que ofreció de memoria en esta versión concertante su nada desdeñable papel lleno de recitativos muy cantables, sabiendo guardar una bella línea de canto en todo momento y esperemos que pueda ir ganando en redondez de timbre así como volumen para desempeñar primeros roles…»
13.11.2015
OPERAWORLD
Robert Benito

Faust


Teatro Campoamor
Oviedo
“…Espléndido debut de la mezzo Lidia Vinyes-Curtis con una voz aterciopelada y que brilló tanto en el dúo de comienzo del segundo acto con la soprano “Sainte Vierge Marie”, verdadera joya del romanticismo francés, como su aria del primer acto “Cette Somme t’est due” sabiendo mezclar un buen fraseo con la intención picaresca del texto…”
09.11.2015
EL PAÍS
Javier Pérez Senz

Benvenuto Cellini


Gran Teatre del Liceu
Barcelona
“…brillo pirotécnico de la mezzosoprano Lidia Vinyes-Curtis en su debut en el Liceu …”
11.11.2015
OPERAWORLD
Nicolás Piquero

Otello

By G. Rossini
Gran Teatre del Liceu
Barcelona
«… encargada del rol de Emilia, Lidia Vinyes-Curtis cantante catalana que ya descubrimos en el Benvenuto Cellini con un debut brillante. La mezzosoprano –de color más bien claro para la tesitura de mezzo– ofreció una versión elegante de su rol, que es más importante en la ópera de Rossini que no en la de Verdi. Vinyes-Curtis es de esas cantantes que muestran una seguridad que invita al disfrute y al confort cuando se la escucha...
09.11.2018
FORUMOPERA
Jean-Marcel Humbert

Rodelinda

with Emmanuelle Haïm
Theâtre de Caen
"Enfin, Lidia Vinyes Curtis,..., tire son épingle du jeu grâce à une voix sonore et bien posée, égale sur toute la tessiture, et à une caractérisation affirmée de la torturée Eduige."
26.02.2020
CODALARIO
Xavier Borja Bucar

La Clemenza di Tito

Gran Teatre del Liceu
barcelona
"El otro personaje travestido de la obra, Annio, fue encarnado por Lidia Vinyes-Curtis, quien junto a D’Oustrac completó la actuación más sólida de la función, con una voz de timbre claro, pero de perfecta proyección, y con un canto de absoluta solidez técnica con homegenidad en todos los registros, facilidad en la coloratura y una dicción diáfana."
21.02.2020
Opera Actual
Fernando Sans Rivière

La Clemenza di Tito

Gran Teatre del Liceu
barcelona
..."Muy interesante y entregado el Annio de la mezzosoprano barcelonesa Lidia Vinyes-Curtis"...

Interviews

"La Clemenza di Tito" and the body language in man roles

February 1, 2020
Gemma Nierga

Entrevista en Cadena SER

Cadena SER
November 16, 2015

Aunque deberíamos verla debutar este lunes, Lidia Vinyes se estrenó el pasado día 8 de noviembre en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona en la ópera de Berlioz ‘Benvenuto Cellini’, de cuyo montaje se encarga el fundador de los Monty Python, Terry Gilliam. La mezzosoprano catalana comenta de su director que es muy generoso y muy amable a la hora de reconocer el trabajo, pero también tiene muchísimo carácter. “Te dice las cosas directamente a los ojos y no pierde el tiempo: si hay que criticar algo te lo dice muy claramente”, dice Vinyes en Hoy por Hoy con Gemma Nierga. Vinyes expresa los nervios, la emoción y el terror que vivió cuando le avisaron de que tendría que sustituir a la italiana Annalissa Stroppa el día del estreno de la ópera, pero su voz dejó a todos los asistentes boquiabiertos. Era un reto para ella porque, según cuenta, es un espectáculo que, aunque ya se representó en Barcelona en 1977, se trata de una versión complicada, en parte porque Gilliam ha recortado 40 minutos de la obra original de Héctor Berlioz. Quien también le ha dado la enhorabuena por un trabajo “espléndido” es Josep Pons, el director musical de ‘Benvenuto Cellini’, que ya conocía a Lidia de su época de violinista. “La imagen que tengo de Lidia es que era muy jovencita y muy buena violinista. Años más tarde me pidió una audición y nos dejó entusiasmados con su voz. Estamos todos muy contentos y le deseo una feliz carrera”. El cariño es mutuo porque Vinyens asegura que Pons es muy valiente porque esta ópera tiene una música muy complicada. Pons se muestra entusiasmado con el montaje y considera a Gilliam un gran director, a quien le agradece además la facilidad con la que están trabajando. “Es fundamental la colaboración entre director musical y de escena. Un buen director de escena ayuda a resolver o a evitar que haya problemas”.

Estel Batet

Entrevista audio al programa "Sentits"

Catalunya Informació
November 5, 2015

Lidia Vinyes Curtis

LE PARLEMENT DE MUSIQUE
June 3, 2012

A l’affiche dans les “Stabat Mater et Musiques de la Passion” d’A. Scarlatti.

Vous avez fait forte impression dans la musique si virtuose de Porpora lors du dernier Festival Sinfonia en Périgord : qu’est-ce qui vous donne cette affinité spéciale pour cet art vocal ?

C’est une musique qui parle et qui se meut à travers de très longues phrases parsemées de petits ornements. Je trouve constamment quelque chose de neuf à dire grâce à cette grande richesse dans la composition, ce qui est très intéressant pour l’interprète. J’aime beaucoup la dimension de jeu, de challenge dans tout ce que je fais et cette musique réunit ces deux aspects: le jeu se trouve dans la maîtrise technique de tous les ornements, le défi est de rendre tous ces éléments musicalement très expressifs, au-delà de leur côté spectaculaire.

Comment définiriez-vous cet art du chant ? Avez-vous d’autres répertoires de prédilection ?

Nicola Porpora a été la découverte d’une personnalité et d’un langage uniques, comme sont ceux de Vivaldi ou de Corelli. On peut les reconnaitre immédiatement quand on les écoute. Avec Porpora, c’est de la virtuosité et du baroque dans toute sa pureté avec des lignes simples, naturelles dans les parties chorales auxquelles répondent des mélodies élaborées, expressives et ornementées dans les parties solos. C’est un langage qui demande une grande souplesse vocale et une stratégie dans l’utilisation constante de l’air. Je peux y ressentir les racines du bel canto qui va éclore une petite centaine d’années plus tard avec Gioacchino Rossini. Les opéras de ce dernier sont aussi mon autre répertoire de prédilection ainsi que les personnages masculins des opéras de G.F.Händel.

Vous étiez violoniste : comment vivez-vous ce glissement vers la voix et l’art lyrique ?

Déjà quand je travaillais sur mon violon et que je n’avais aucune idée que la voix deviendrait mon instrument principal, je chantonnais les phrases musicales pour trouver l’interprétation la plus pure et qui me soit la plus propre. J’ai toujours senti que dans tout instrumentiste se trouve un chanteur, alors le glissement vers l’art lyrique est quelque chose qui rentre dans mon développement naturel comme musicienne et comme artiste. Avec le chant je me trouve face à face avec la musique, sans rien entre mes mains, “nue”. Ce dépouillement ainsi que le contact direct avec le public me poussent vers un “voyage intérieur” artistique beaucoup plus intense.

Deux ou trois projets à venir qui vous sont chers ?

Un beau récital d’airs d’opéras baroques français au Festival Internacional de Santander, La Passion selon Saint Jean que je vais chanter en Septembre à Elne, ainsi que le Stabat Mater d’Alessandro Scarlatti avec “Le Parlement de Musique” et Martin Gester aux Festivals de Froville et Sinfonia en Périgord. Ces deux dernières œuvres sont d’une beauté et d’une spiritualité qui rendent le “voyage intérieur” encore plus riche.

Ana María Dávila

Del violín al escenario del Liceu

Diario El Mundo
November 12, 2015

Iba para violinista, pero un giro de la vida la puso en la senda del canto. El pasado domingo 8 de Noviembre, días antes de lo previsto, debutó en el Liceu. La ‘mezzo’ Lidia Vinyes Curtis llega pisando fuerte. Nacida en el seno de una familia aficionada a la música, el destino de Lidia Vinyes-Curtis –de madre belga y sin parentesco con el afamado tenor catalán– comenzó a intuirse hace muchos años, justo en esa edad en la que el horizonte de la vida apenas tiene la estatura de una muñeca. «Yo era muy pequeña, quizá cuatro o cinco añitos, cuando vi en la televisión la Tetralogía de Wagner, dirigida por Boulez y Chéreaux. Recuerdo que me fascinó tanto que le dije a mi madre: ‘Yo quiero ser cantante de ópera’». A partir de ese revelador momento se iniciaron sus clases de música que, naturalmente, no tuvieron como primer instrumento la voz. «Un tío abuelo mío era violinista, tocaba música zíngara. Quizá por eso me decidí por el violín», cuenta Lidia Vinyes-Curtis. Lo demás ya forma parte de su biografía artística. «A los 12 años tenía claro que quería ser músico, y a los 15 fui seleccionada para tocar con la Jove Orquestra Nacional de Catalunya, dirigida entonces por el maestro Josep Pons. Miembro, luego, de la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), la novel violinista realizó entonces varias giras por toda la península hasta que, como les ocurre a muchos intérpretes, una lesión derivada del uso continuado del instrumento la obligó a dejar el violín dentro de su estuche durante un tiempo. «En ese periodo de reposo obligado me planteé hacer muchas cosas. Me interesaban también la fotografía, el diseño gráfico…. y el canto». Era el antiguo entusiasmo infantil que ahora afloraba con renovada fuerza. Y también, con más sabiduría. «Después de la experiencia del violín quería un profesor que conociera muy bien la anatomía de la voz. Probé suerte con varios, hasta que encontré al argentino Jorge Sirena, que sigue siendo mi maestro hasta el día de hoy. El ha construido mi voz desde cero y me ha ayudado a encontrar mi tesitura, que es algo fundamental para la carrera de cualquier cantante», cuenta la mezzo. Al cabo de un tiempo, y mientras continuaba con su proceso formativo como cantante, el violín regresó a las manos de Lidia Vinyes. Y ahora, con un registro muy definido. «Me sentí atraída por la música y el violín barroco. Me fui a estudiar al Conservatorio de Toulouse; comencé a tocar con formaciones como Al Ayre Español, la Orquestra Barroca Catalana o el Ensemble Baroque de Limoges y acompañé a cantantes como la soprano Nuria Rial o la mezzo Marta Infante». Pero el futuro artístico de Lidia Vinyes-Curtis iba, sin duda, por otro camino. «Durante un tiempo simultaneé ambas cosas, pero poco a poco empecé a cantar con pequeñas formaciones, quintetos, octetos, repertorioantiguo: Victoria, Morales, Hidalgo, Durón… Luego me fui a Alemania; quería cantar Bach y Mozart. Estuve en Colonia, Friburgo y Basilea. Me di cuenta de que a mi voz le iba muy bien el repertorio barroco y la polifonía, aunque también me veía en un teatro de ópera haciendo Mozart o Rossini. Y también música contemporánea». En 2013, tras ganar el concurso de la Semana Bach que organiza la Bachakademie de Stuttgart, el gran Helmuth Rilling la invitó a participar en la interpretación de La Pasión según San Mateo de Bach, en una gira por Alemania y Sudamérica. Desde entonces, Lidia Vinyes-Curtis no ha parado. Su antiguo director de orquesta, Josep Pons, contó con ella para cantar La Atlántida, de Falla, junto a la Orquesta Nacional de España (ONE), formación que la tuvo de nuevo como solista en la interpretación del Réquiem de Mozart, bajo la batuta Giovanni Antonini. Rilling volvería a dirigirla en el Oratorio de Navidad, la Misa en si menor y las cantatas de Bach en Leipzig, Moscú y Hong Kong. Con Jordi Savall participó en al grabación de Guerra y Paz y con Sigiswald Kuijken cantará, el año que viene, su obra fetiche, la Pasión según San Mateo, en una gira por Japón y Europa que finalizará en el Concertgebouw de Ámsterdam. «La verdad es que no ha sido fácil. Al principio, en Alemania, no trabajaba nada y muchos directores me decían que tenía una voz muy mediterránea, que no encajaría con la técnica de allá. Hasta que encontré un director, Kay Johannsen, que apostó por mí porque le gustaron el timbre y la claridad de mi voz», cuenta. Sin embargo, a esta meteórica y singular trayectoria le faltaba, hasta ahora, un gran título operístico en una gran sala. Un vacío que el pasado domingo quedó definitivamente resuelto con su debut –una semana antes de lo previsto debido a la cancelación de su compañera de reparto, Annalisa Stroppa– en el espectacular montaje, firmado por  Terry Gilliam, de la ópera Benvenuto Cellini, de Berlioz, en el Gran Teatre del Liceu. Lo ha hecho con el masculino papel de Ascanio, que le representó los vítores de la sala a noche del estreno. «Todo ha ido muy rápido. A principios de año mi agente me habló de unas audiciones a cantantes jóvenes que estaba haciendo la nueva directora, Christina Scheppelmann. Me presenté y aquí estoy», confiesa la cantante, que tiene claras sus aspiraciones. «Quiero combinar la ópera barroca con otros roles. Me interesa mucho cantar Mozart, Händel, Rossini. Y más adelante quizá un Werther. Me gusta cantar en francés, que es mi lengua materna», añade la artista, que en junio próximo estará en el parisino Théâtre des Champs Élysées, interpretando el rol de Zulma, de L’italiania in Argel, de Rossini, bajo la batuta de Jean-Claude Malgoire. Sin duda, la carrera de Lidia Vinyes-Curtis no ha hecho más que empezar. «De momento me planteo  seguir viviendo a caballo entre Colonia y Barcelona, porque yo he de continuar viniendo aquí, siempre, para tomar mis clases. Si uno encuentra un buen maestro, que te da seguridad técnica, eso no hay que dejarlo nunca, porque es algo muy valioso». ¿Y el violín? «Pues sigo tocando para mí, y no descarto algún proyecto que me permita hacer las dos cosas.

Albert Torrens

Entrevista a Catalunya Música pel programa
"Notes de clàssica"

May 19, 2015
Yolanda Criado Díaz

Entrevista en RNE para el programa "Los Clásicos" junto a Manuel Vilas

May 27, 2015
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Entrevista audio al programa "Sentits"

Catalunya Informació
November 5, 2015
Estel Batet
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Entrevista en Cadena SER

Cadena SER
November 16, 2015
Gemma Nierga
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Aunque deberíamos verla debutar este lunes, Lidia Vinyes se estrenó el pasado día 8 de noviembre en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona en la ópera de Berlioz ‘Benvenuto Cellini’, de cuyo montaje se encarga el fundador de los Monty Python, Terry Gilliam. La mezzosoprano catalana comenta de su director que es muy generoso y muy amable a la hora de reconocer el trabajo, pero también tiene muchísimo carácter. “Te dice las cosas directamente a los ojos y no pierde el tiempo: si hay que criticar algo te lo dice muy claramente”, dice Vinyes en Hoy por Hoy con Gemma Nierga. Vinyes expresa los nervios, la emoción y el terror que vivió cuando le avisaron de que tendría que sustituir a la italiana Annalissa Stroppa el día del estreno de la ópera, pero su voz dejó a todos los asistentes boquiabiertos. Era un reto para ella porque, según cuenta, es un espectáculo que, aunque ya se representó en Barcelona en 1977, se trata de una versión complicada, en parte porque Gilliam ha recortado 40 minutos de la obra original de Héctor Berlioz. Quien también le ha dado la enhorabuena por un trabajo “espléndido” es Josep Pons, el director musical de ‘Benvenuto Cellini’, que ya conocía a Lidia de su época de violinista. “La imagen que tengo de Lidia es que era muy jovencita y muy buena violinista. Años más tarde me pidió una audición y nos dejó entusiasmados con su voz. Estamos todos muy contentos y le deseo una feliz carrera”. El cariño es mutuo porque Vinyens asegura que Pons es muy valiente porque esta ópera tiene una música muy complicada. Pons se muestra entusiasmado con el montaje y considera a Gilliam un gran director, a quien le agradece además la facilidad con la que están trabajando. “Es fundamental la colaboración entre director musical y de escena. Un buen director de escena ayuda a resolver o a evitar que haya problemas”.

"La Clemenza di Tito" and the body language in man roles

February 1, 2020
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Lidia Vinyes Curtis

LE PARLEMENT DE MUSIQUE
June 3, 2012
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A l’affiche dans les “Stabat Mater et Musiques de la Passion” d’A. Scarlatti.

Vous avez fait forte impression dans la musique si virtuose de Porpora lors du dernier Festival Sinfonia en Périgord : qu’est-ce qui vous donne cette affinité spéciale pour cet art vocal ?

C’est une musique qui parle et qui se meut à travers de très longues phrases parsemées de petits ornements. Je trouve constamment quelque chose de neuf à dire grâce à cette grande richesse dans la composition, ce qui est très intéressant pour l’interprète. J’aime beaucoup la dimension de jeu, de challenge dans tout ce que je fais et cette musique réunit ces deux aspects: le jeu se trouve dans la maîtrise technique de tous les ornements, le défi est de rendre tous ces éléments musicalement très expressifs, au-delà de leur côté spectaculaire.

Comment définiriez-vous cet art du chant ? Avez-vous d’autres répertoires de prédilection ?

Nicola Porpora a été la découverte d’une personnalité et d’un langage uniques, comme sont ceux de Vivaldi ou de Corelli. On peut les reconnaitre immédiatement quand on les écoute. Avec Porpora, c’est de la virtuosité et du baroque dans toute sa pureté avec des lignes simples, naturelles dans les parties chorales auxquelles répondent des mélodies élaborées, expressives et ornementées dans les parties solos. C’est un langage qui demande une grande souplesse vocale et une stratégie dans l’utilisation constante de l’air. Je peux y ressentir les racines du bel canto qui va éclore une petite centaine d’années plus tard avec Gioacchino Rossini. Les opéras de ce dernier sont aussi mon autre répertoire de prédilection ainsi que les personnages masculins des opéras de G.F.Händel.

Vous étiez violoniste : comment vivez-vous ce glissement vers la voix et l’art lyrique ?

Déjà quand je travaillais sur mon violon et que je n’avais aucune idée que la voix deviendrait mon instrument principal, je chantonnais les phrases musicales pour trouver l’interprétation la plus pure et qui me soit la plus propre. J’ai toujours senti que dans tout instrumentiste se trouve un chanteur, alors le glissement vers l’art lyrique est quelque chose qui rentre dans mon développement naturel comme musicienne et comme artiste. Avec le chant je me trouve face à face avec la musique, sans rien entre mes mains, “nue”. Ce dépouillement ainsi que le contact direct avec le public me poussent vers un “voyage intérieur” artistique beaucoup plus intense.

Deux ou trois projets à venir qui vous sont chers ?

Un beau récital d’airs d’opéras baroques français au Festival Internacional de Santander, La Passion selon Saint Jean que je vais chanter en Septembre à Elne, ainsi que le Stabat Mater d’Alessandro Scarlatti avec “Le Parlement de Musique” et Martin Gester aux Festivals de Froville et Sinfonia en Périgord. Ces deux dernières œuvres sont d’une beauté et d’une spiritualité qui rendent le “voyage intérieur” encore plus riche.

Del violín al escenario del Liceu

Diario El Mundo
November 12, 2015
Ana María Dávila
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Iba para violinista, pero un giro de la vida la puso en la senda del canto. El pasado domingo 8 de Noviembre, días antes de lo previsto, debutó en el Liceu. La ‘mezzo’ Lidia Vinyes Curtis llega pisando fuerte. Nacida en el seno de una familia aficionada a la música, el destino de Lidia Vinyes-Curtis –de madre belga y sin parentesco con el afamado tenor catalán– comenzó a intuirse hace muchos años, justo en esa edad en la que el horizonte de la vida apenas tiene la estatura de una muñeca. «Yo era muy pequeña, quizá cuatro o cinco añitos, cuando vi en la televisión la Tetralogía de Wagner, dirigida por Boulez y Chéreaux. Recuerdo que me fascinó tanto que le dije a mi madre: ‘Yo quiero ser cantante de ópera’». A partir de ese revelador momento se iniciaron sus clases de música que, naturalmente, no tuvieron como primer instrumento la voz. «Un tío abuelo mío era violinista, tocaba música zíngara. Quizá por eso me decidí por el violín», cuenta Lidia Vinyes-Curtis. Lo demás ya forma parte de su biografía artística. «A los 12 años tenía claro que quería ser músico, y a los 15 fui seleccionada para tocar con la Jove Orquestra Nacional de Catalunya, dirigida entonces por el maestro Josep Pons. Miembro, luego, de la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), la novel violinista realizó entonces varias giras por toda la península hasta que, como les ocurre a muchos intérpretes, una lesión derivada del uso continuado del instrumento la obligó a dejar el violín dentro de su estuche durante un tiempo. «En ese periodo de reposo obligado me planteé hacer muchas cosas. Me interesaban también la fotografía, el diseño gráfico…. y el canto». Era el antiguo entusiasmo infantil que ahora afloraba con renovada fuerza. Y también, con más sabiduría. «Después de la experiencia del violín quería un profesor que conociera muy bien la anatomía de la voz. Probé suerte con varios, hasta que encontré al argentino Jorge Sirena, que sigue siendo mi maestro hasta el día de hoy. El ha construido mi voz desde cero y me ha ayudado a encontrar mi tesitura, que es algo fundamental para la carrera de cualquier cantante», cuenta la mezzo. Al cabo de un tiempo, y mientras continuaba con su proceso formativo como cantante, el violín regresó a las manos de Lidia Vinyes. Y ahora, con un registro muy definido. «Me sentí atraída por la música y el violín barroco. Me fui a estudiar al Conservatorio de Toulouse; comencé a tocar con formaciones como Al Ayre Español, la Orquestra Barroca Catalana o el Ensemble Baroque de Limoges y acompañé a cantantes como la soprano Nuria Rial o la mezzo Marta Infante». Pero el futuro artístico de Lidia Vinyes-Curtis iba, sin duda, por otro camino. «Durante un tiempo simultaneé ambas cosas, pero poco a poco empecé a cantar con pequeñas formaciones, quintetos, octetos, repertorioantiguo: Victoria, Morales, Hidalgo, Durón… Luego me fui a Alemania; quería cantar Bach y Mozart. Estuve en Colonia, Friburgo y Basilea. Me di cuenta de que a mi voz le iba muy bien el repertorio barroco y la polifonía, aunque también me veía en un teatro de ópera haciendo Mozart o Rossini. Y también música contemporánea». En 2013, tras ganar el concurso de la Semana Bach que organiza la Bachakademie de Stuttgart, el gran Helmuth Rilling la invitó a participar en la interpretación de La Pasión según San Mateo de Bach, en una gira por Alemania y Sudamérica. Desde entonces, Lidia Vinyes-Curtis no ha parado. Su antiguo director de orquesta, Josep Pons, contó con ella para cantar La Atlántida, de Falla, junto a la Orquesta Nacional de España (ONE), formación que la tuvo de nuevo como solista en la interpretación del Réquiem de Mozart, bajo la batuta Giovanni Antonini. Rilling volvería a dirigirla en el Oratorio de Navidad, la Misa en si menor y las cantatas de Bach en Leipzig, Moscú y Hong Kong. Con Jordi Savall participó en al grabación de Guerra y Paz y con Sigiswald Kuijken cantará, el año que viene, su obra fetiche, la Pasión según San Mateo, en una gira por Japón y Europa que finalizará en el Concertgebouw de Ámsterdam. «La verdad es que no ha sido fácil. Al principio, en Alemania, no trabajaba nada y muchos directores me decían que tenía una voz muy mediterránea, que no encajaría con la técnica de allá. Hasta que encontré un director, Kay Johannsen, que apostó por mí porque le gustaron el timbre y la claridad de mi voz», cuenta. Sin embargo, a esta meteórica y singular trayectoria le faltaba, hasta ahora, un gran título operístico en una gran sala. Un vacío que el pasado domingo quedó definitivamente resuelto con su debut –una semana antes de lo previsto debido a la cancelación de su compañera de reparto, Annalisa Stroppa– en el espectacular montaje, firmado por  Terry Gilliam, de la ópera Benvenuto Cellini, de Berlioz, en el Gran Teatre del Liceu. Lo ha hecho con el masculino papel de Ascanio, que le representó los vítores de la sala a noche del estreno. «Todo ha ido muy rápido. A principios de año mi agente me habló de unas audiciones a cantantes jóvenes que estaba haciendo la nueva directora, Christina Scheppelmann. Me presenté y aquí estoy», confiesa la cantante, que tiene claras sus aspiraciones. «Quiero combinar la ópera barroca con otros roles. Me interesa mucho cantar Mozart, Händel, Rossini. Y más adelante quizá un Werther. Me gusta cantar en francés, que es mi lengua materna», añade la artista, que en junio próximo estará en el parisino Théâtre des Champs Élysées, interpretando el rol de Zulma, de L’italiania in Argel, de Rossini, bajo la batuta de Jean-Claude Malgoire. Sin duda, la carrera de Lidia Vinyes-Curtis no ha hecho más que empezar. «De momento me planteo  seguir viviendo a caballo entre Colonia y Barcelona, porque yo he de continuar viniendo aquí, siempre, para tomar mis clases. Si uno encuentra un buen maestro, que te da seguridad técnica, eso no hay que dejarlo nunca, porque es algo muy valioso». ¿Y el violín? «Pues sigo tocando para mí, y no descarto algún proyecto que me permita hacer las dos cosas.